La dulzura de tu mirada, la elocuencia
de tu integridad, la
bondad de tu gesto, la ingenuidad de tu risa, la
tímida y honesta ternura de tus besos, la
modestia con la que tu ser despliega uno de tus mayores talento: la profunda
elegancia de tu inteligencia, han hecho que mi espíritu, en un gélido capullo, respire
la brisa de la bondad del ser humano, en vez del acostumbrado gris de mi
capullo, entonces despierte la luz de mi
corazón , que recuerde la extensión del bosque ,las flores amarillas, la dulce
paciencia de los lirios, su cristalino reflejo
en el agua, las exóticas libélulas que revoletean, esmeraldas
encendidas, haditas de colores suspendidas en la inocente bondad de la belleza; algo que había olvidado:
La
vida .