domingo, 29 de marzo de 2009

LA NIÑA DEL MAR




Dulce niña.....
éres el espectáculo de mi vida..

Un día te descubrí sonriéndome,
mientras la brisa del mar jugaba
con tus cabellos en tu rostro bonito.

Esa vez, me robé tu sonrisa y la guardé
en mi corazón; de ahí nunca salió,
se quedó conmigo para siempre.

Sensual y tierna como una sirena,
es la niña de mi sonrisa,
es la niña con vestido azul turquesa,
en la más armoniosa comparsa con su piel:
bronceada y morena.

Eres el cuadro más exótico y bello,
porque el azul turquesa es tuyo,
porque tuyo es el mar...
La niña que me enseñó todo lo mujer que era,
sin dejar de ser la niña del mar...

La niña que tomó mi mano, la puso
sobre su piel, y me hizo testigo de como vibraba,
que tomó mi mano y la puso en su corazón,
con la ternura sensual del mar...
Siempre generosa conmigo, siempre bonita,
me tomó hacia su cuerpo exquisito.

Dejó que mis manos rodearan su cadera,

y así;  se obsequió a mi...
Siempre bella, siempre hacia mi, siempre mía...
La niña que se volvió mujer para mi,
y que se fue del mar para estar conmigo...

La niña bella que se robó mis ojos,
porque nunca más volví a ver algo tan bello.
Porque no hay nada más hermoso
que tú, niña del mar...

Mi niña yo te devolveré al mar y me iré contigo
y al mismo tiempo a las estrellas, pues cada
vez que tome tu alma y tu cuerpo, la luz de
las estrellas me llenarán de paz.....

Te seguiré hasta el fondo del mar turquesa,
donde las estrellas de mar son esmeraldas, rubíes y
flores de colores y haré de ellas mi jardín;
para vivir siempre en la casa, de mi niña del mar...



Derechos Reservados Armando Díaz Dávila