martes, 2 de junio de 2009

Tu alma infinita...mi hijo precioso..



Una brillante chispa de luz, diminuta como una semilla, viajaba en el universo; en un mar de amor, donde viajan las almas bonitas, las almas sabias, las almas infinitas, y por tanto, rebosando en amor, en  una luz plateada e infinita, que te acompañará toda tu vida, iba tu alma, hijo precioso.

Llegó del infinito enorme, azul marino, como la noche, lleno de paz, de sabiduría, a iluminar mi corazón y el de los demás que te conocimos.

Mi corazón no sabía la intensidad, pureza y dulzura, de tu luz, pero cuando naciste…
tu muy especial gesto, la maravilla de tu paz al dormir, tus ojos enormes y sabios como el infinito, nos regalaron, desde entonces, tu maravillosa personalidad, así como la magia que despierta tu bellísima alma.

Esa chispita, que empezó en una diminuta luz, se convirtió en un suspiro de aliento, paz, que llenó el alma de mucha gente que te rodea, y a la que haces muy feliz.. con el hecho de ser tú mismo… de tu alma, de tu ser, de tus ojos que miran directa y profundamente a los demás, con curiosidad, paz y deseos de saber como son las personas, como un gesto de respeto a la humanidad, tal y como eres… Eres, y siempre serás, lo máximo para mí, mi hijo Bruno.