jueves, 9 de diciembre de 2010

El amor con besos.....




 
Margarita enmedio de la pradera,
nacida para ser amada con besos de amor,
delicada esencia de una flor,
sutil mezcla de sensibilidades y perfumes.

Extracto divino de un beso
  ternura que me lleva al cielo.

Un día estaba lloviendo, saliste a sentir el agua,
  le cantaste al cielo, a la vida, al amor y a mí.
Lloraste de alegría por estar tan viva,
el cielo lloró al verte tan contenta.

Tú, la mujer de labios delicados y elegantes,
sensuales como el terciopelo de una rosa,
me elevaste al cielo con el primer beso
y de ahí... al mundo de tu corazón.

Al mundo de las delicias de tu piel,
a tu alma azul-lapislázuli.
Me brindaste la delicadeza de tu silueta,  
con tus ojos maravillosos me hiciste el amor
mientras tu cuerpo cabalgaba en mi corazón,
en mi sensualidad.

Tu cintura me invitaba a estrecharla
y mis manos no la dejaban ir,
como si estuviera esculpiendo 
el más suave jarrón de porcelana.

Las sábanas se perfumaron de tu esencia,
se quedó ahí tu aroma para siempre,
se hicieron tersas al envidiar tu piel hermosa.

Ese día te atreviste a usar delicadas telas,
apenas se sostenían en la silueta de tu cuerpo
y en nuestro arrebato de pasión,
en una delicada pausa, como pétalos de una flor, 
resbaló sedosamente tu vestido de satines rojos sobre tus hombros de porcelana,  descansó en la suavidad de tus pechos hermosos,
y en un instante, 
cedió en desmayo,
 brotaron tus senos esplendorosos; como el sol cuando amanece,
como un racimo de rosas desprendiéndose del listón que apenas le sostiene
explosión exquisita de tu perfume,
estruendo de pasión de tus colores,
 esos,
los rosas más tiernos de tu piel.
Ese dia mi virilidad fue escogida,
 y tu feminidad fue besada.
Extendiste sus pétalos con su húmedo perfume.
Ese día.

El dia que hicimos el amor con besos.




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domingo, 11 de julio de 2010

La Miseria





Tus ojos melancólicos, donde en el borde del mismo, está una gotita brillante , una gota pequeña y cristalina, apenas brilla por un rayito de sol, menesteroso sale para ti.

La gotita se aferra, se dobla en resistencia, estando a punto de ser despedida en un viaje largo, del adiós, de la despedida, del olvido; para al fin caer y hacerse pedazos en el suelo, así como tu alma, como muchos lo querían y ni siquiera sabían que existías.

Así estabas, como una planta en medio de una estepa silenciosa y austera. Así decía el árbol viejo y más cercano: "A estos tallos nadie los quiere, nadie los quiere aunque sean bonitos, porque tienen espinas que brillan tanto, como su destello de hermosura, pero para su desgracia, provoca que se alejen de ellos."


Eres de esas plantas que naciste para estar solitaria, a veces, cuando una flor se atreve a estar junto a ti, te doblas esforzando todo tu ser, aunque sea para apenas rozarle, pero cuando ya estás muy cerca, cuando estás percibiendo su belleza y ella a ti; alguien dirige el rayito de luz, hacia ti, para que tus espinas brillen y así; el viento, u otra planta que se acerca se la lleva, se va de ti, se va en dolor de miedo, de miedo a tu espinas, que son la miseria, que no sabes porque salieron, pero siempre ha sido así.

Entonces estas sola otra vez en la estepa, en la austeridad de la llanura, donde solamente en la fría mañana se acerca una gotita de rocío, para más tarde caer despedazada en el suelo, otra vez.